domingo, 13 de febrero de 2011

ÉTICA DE LAS PROFESIONES: CLAUDIA GARCÍA BENÍTEZ

Así como sugiere la autora, la lectura invita a reflexionar sobre lo que significa la ética en cada especialidad académica. Como respuesta a lo anterior, me ha causado ruido lo que Augusto Hortal cuestionaba acerca de la inadecuada formación ética de los alumnos porque los profesores carecen lo que el autor denomina como bilingüismo, es decir la preparación idónea del profesor tanto en el lenguaje filosófico como en el lenguaje de la profesión; respecto a lo que en mi caso se presenta, es que durante las clases que he llevado de antropología, a diario se maneja el código ético de nuestra profesión (aunque no utilicemos la palabra ética como tal) y creemos estar consientes de nuestra labor durante el campo; sin embargo y como lo exponen nuestros asesores y profesores de cada materia, la ética siempre va a residir en nuestras propias decisiones y en la dirección en la que vaya nuestro trabajo de investigación. Es decir, en mi caso creo que el bilingüismo de los profesores está presente en su discurso académico y lo que ellos expongan al respecto es a partir de su misma experiencia en el trabajo de campo y de sus investigaciones; así que su ética en el campo laboral está estrechamente relacionada con las demandas de los propios trabajos de investigación. Por lo consiguiente, la ética que nosotros podamos obtener de ellos son sólo una referencia que nosotros podamos utilizar en nuestras investigaciones y es importante no olvidar que nuestra ética va enmarcada también con todo un acervo socio-cultural y familiar. Finalmente considero que dejarle todo el peso a los profesores sobre nuestra ética laboral, deja de fuera muchos de los aspecto que construyen a los sujetos como individuos únicos y diferentes unos a otros.

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